Post by Arya on Jul 17, 2017 13:32:29 GMT 2
No importa si tienes recuerdos espontáneos, sueños de vidas pasadas o si haces autohipnosis, recordar tus vidas pasadas no siempre es fácil. Necesitas cierta cantidad de paciencia, constante esfuerzo, el deseo consciente de saberlo todo sobre ti mismo (incluso aquello que no te gustará), y, sobre todo, la fortaleza interna y el estado mental adecuado para enfrentarte a las emociones que normalmente acompañan a los recuerdos de vidas pasadas. Al principio la sensación es asombrosa. Una vez que decides que ya no puedes dudar más y que no estás loco, es posible que quieras saber más, y pronto te darás cuenta de que estás despertando emociones largamente olvidadas que son tan intensas y reales como las emociones de tu vida actual. O, a veces ni siquiera necesitas despertar nada, porque esas emociones ya están dentro de ti, aun cuando no sabías que estaban relacionadas con vidas pasadas hasta ahora. Así que, tienes dos opciones: seguir adelante, sabiendo que el camino que tienes delante es a veces oscuro y solitario, o volver a tu antigua ignorancia… después de todo, la ignorancia es felicidad, o eso dicen. Tal vez pienses que eras más feliz antes de conocer tus vidas pasadas, ya tienes suficiente con tus problemas actuales y no quieres más. Eso está bien, es tu elección… Yo siempre digo que el camino es a veces duro, muy duro, pero al final siempre merece la pena.
¿Por qué diría yo algo como esto? Bien, mi vida antes y después de desvelar mis propias vidas pasadas no ha cambiado mucho. Pero saber quién he sido, de dónde vengo, y saber que la muerte no es el fin, me ha dado una nueva perspectiva sobre qué estoy haciendo aquí y sobre de qué va la vida. Estas son algunas de las cosas que podrías descubrir si decides dar el primer paso:
1. Has vivido antes.
Sí, demasiado obvio, pero difícil de asimilar para personas como nosotros, acostumbrados a vivir en un mundo tan materialista, en el que hablar sobre la muerte es tabú y eres raro si crees en algo sobrenatural… Y será aún más sorprendente cuando descubras no solo que has vivido antes, sino que también recuerdas más de una vida, y resulta que has sido hombre, mujer, negro, indio, pobre, rico, guerrero, monje, pirata, esclavo, humilde pescador, ladrón... cualquier cosa que puedas imaginar. Quizá sospechabas alguna, pero otras son realmente una sorpresa. Puede que estés viviendo ahora una vida normal y aburrida, pero no siempre ha sido así.
2. Has muerto antes… y has vuelto otra vez.
Ver (y sentir) tu propia muerte en una vida pasada puede dar miedo a veces, especialmente si es una muerte traumática, pero una vez que lo has recordado, esta es la mejor prueba que tendrás de que tu alma sobrevive y regresa de algún modo. Sabrás que todo sufrimiento tiene un fin, no le temerás más a la muerte y no tendrás miedo de vivir con toda intensidad, porque no importa qué errores hayas cometido, no existe el castigo eterno en el otro lado.
3. No pierdes a tus seres queridos.
Puede que encuentres durante tu investigación que muchas personas que has conocido en tu vida actual han estado contigo en vidas anteriores. Hay varias teorías que explican esto. Lo único que yo sé seguro es que puedes reconocer a las almas que fueron importantes para ti con anterioridad, y que estás destinado a encontrarte con ellas una y otra vez, jugando distintos papeles, siempre juntos como amigos o enemigos, aprendiendo (o no) de las experiencias en cada vida. Es un sentimiento frecuente echar de menos a alguien del pasado. Y es reconfortante saber que las personas que quieres no se van para siempre.
4. Por fin te conoces a ti mismo.
Todos nosotros tenemos nuestra sombra, ese lado oscuro de nosotros mismos que no queremos mostrar a nadie. Todos nosotros somos seres humanos, tenemos nuestras virtudes y nuestros defectos, nadie es perfecto y probablemente averiguarás que no siempre te has comportado como deberías. No tiene sentido juzgarte a ti mismo, hiciste lo que hiciste y no puedes cambiarlo ahora. Pero siempre puedes aceptarlo y continuar adelante, e intentar no ceder a los mismos impulsos de nuevo. Conocer tus puntos débiles te hace más fuerte, úsalo en tu beneficio, para luchar contra tus problemas actuales. Y qué diablos, también sabes que has sido realmente bueno en otras ocasiones. Puede que tengas coraje, o que seas muy leal, o que tengas un recto sentido de la justicia. Las cosas pueden hacer que te deprimas, pero estás orgulloso de lo que conseguiste en otras vidas. No hay razón para pensar que no puede ser igual ahora.
5. Puede que te hagas más tolerante.
Al menos eso me sucedió a mí. Siempre pensé que era una persona bastante buena. Era una buena estudiante, apreciada en el colegio, callada, nunca problemática, con amigos normales, nunca me gustaron el alcohol o las drogas… y siempre despreciaba a la humanidad en general porque había muchas cosas que pensaba yo nunca sería capaz de hacerlas… Eso fue hasta que descubrí que yo también había hecho algunas de esas cosas. Aprendí que no existen las excusas, pero sí determinadas circunstancias que a veces son lo suficientemente duras como para que te hagan hacer ciertas cosas de las que puede que te arrepientas luego. Y eso no significa que seas una mala persona, simplemente significa que hiciste algo mal. Cuando comprendes que no te puedes juzgar a ti mismo por ello, te lo piensas dos veces antes de juzgar a otras personas.
6. Aprendes a tomarte la vida de otra manera.
Todo es relativo. Una vez que sabes que no puedes morir y que la muerte no es lo peor que te puede pasar, aprendes a disfrutar de la vida, aprendes que no tienes nada que perder realmente, los problemas con los que te encuentras parecen menos importantes, es más fácil tomártelos como meras pruebas que te ayudan a evolucionar y a convertirte en una mejor persona, si eso es lo que quieres hacer. También puede que te hagas más paciente, ya que el tiempo no tiene ahora el mismo significado. Algunos piensan que conocer tus vidas pasadas significa perderte en el pasado, pero mi experiencia me dice que aprendes a apreciar el presente mucho más y ya no te preocupas tanto por el futuro, porque sabes que el futuro lo construyes tú.
7. No necesitas a nadie que te diga en qué creer. Simplemente sabes por ti mismo.
E incluso querrás compartir lo que has descubierto con todo el mundo… hasta que te das cuenta de que hay personas que no quieren escuchar y que prefieren seguir creyendo en lo que su religión les dice. Está bien, depende de ellos. Esto es un viaje personal y con frecuencia encontrarás que solo puedes hablar de ello con otras personas que también recuerdan. No importa, mientras que estés totalmente seguro de que tus recuerdos son reales, especialmente porque los has verificado. Ya no necesitarás más enseñanzas espirituales sin sentido y basarás tus teorías en lo que tú mismo has experimentado y tus propias intuiciones. Puede que estés equivocado, pero al menos no será una simple creencia. Es algo más, incluso llegará a ser una certeza. Y aun cuando no todo esté completamente claro, nadie podrá darte lecciones de moralidad porque posiblemente tú lo sabes mejor que nadie, aunque no puedas decir por qué te sientes así. También aprendes a respetar todos los puntos de vista, ya que todos pueden elegir qué camino tomar.
Todos somos distintos y no lo puedo saber seguro. Pero conocer tus vidas pasadas te hace reflexionar… y mucho. Puede ser abrumador a veces, pero es como tener todo el conocimiento y la sabiduría de todas esas personas que has sido al alcance de tu mano. Te hace sentir viejo, aunque a veces aún te sientas como un niño, porque tu alma no tiene edad y el viaje acaba de comenzar. Te hace comprender que la vida siempre merece la pena vivirla, y te hace apreciar las cosas simples que solo como humanos podemos disfrutar: la salida del sol, el viento en tu cara, nadar en un río, reír con tus amigos.
¿Vas a perder esta maravillosa oportunidad?
¿Por qué diría yo algo como esto? Bien, mi vida antes y después de desvelar mis propias vidas pasadas no ha cambiado mucho. Pero saber quién he sido, de dónde vengo, y saber que la muerte no es el fin, me ha dado una nueva perspectiva sobre qué estoy haciendo aquí y sobre de qué va la vida. Estas son algunas de las cosas que podrías descubrir si decides dar el primer paso:
1. Has vivido antes.
Sí, demasiado obvio, pero difícil de asimilar para personas como nosotros, acostumbrados a vivir en un mundo tan materialista, en el que hablar sobre la muerte es tabú y eres raro si crees en algo sobrenatural… Y será aún más sorprendente cuando descubras no solo que has vivido antes, sino que también recuerdas más de una vida, y resulta que has sido hombre, mujer, negro, indio, pobre, rico, guerrero, monje, pirata, esclavo, humilde pescador, ladrón... cualquier cosa que puedas imaginar. Quizá sospechabas alguna, pero otras son realmente una sorpresa. Puede que estés viviendo ahora una vida normal y aburrida, pero no siempre ha sido así.
2. Has muerto antes… y has vuelto otra vez.
Ver (y sentir) tu propia muerte en una vida pasada puede dar miedo a veces, especialmente si es una muerte traumática, pero una vez que lo has recordado, esta es la mejor prueba que tendrás de que tu alma sobrevive y regresa de algún modo. Sabrás que todo sufrimiento tiene un fin, no le temerás más a la muerte y no tendrás miedo de vivir con toda intensidad, porque no importa qué errores hayas cometido, no existe el castigo eterno en el otro lado.
3. No pierdes a tus seres queridos.
Puede que encuentres durante tu investigación que muchas personas que has conocido en tu vida actual han estado contigo en vidas anteriores. Hay varias teorías que explican esto. Lo único que yo sé seguro es que puedes reconocer a las almas que fueron importantes para ti con anterioridad, y que estás destinado a encontrarte con ellas una y otra vez, jugando distintos papeles, siempre juntos como amigos o enemigos, aprendiendo (o no) de las experiencias en cada vida. Es un sentimiento frecuente echar de menos a alguien del pasado. Y es reconfortante saber que las personas que quieres no se van para siempre.
4. Por fin te conoces a ti mismo.
Todos nosotros tenemos nuestra sombra, ese lado oscuro de nosotros mismos que no queremos mostrar a nadie. Todos nosotros somos seres humanos, tenemos nuestras virtudes y nuestros defectos, nadie es perfecto y probablemente averiguarás que no siempre te has comportado como deberías. No tiene sentido juzgarte a ti mismo, hiciste lo que hiciste y no puedes cambiarlo ahora. Pero siempre puedes aceptarlo y continuar adelante, e intentar no ceder a los mismos impulsos de nuevo. Conocer tus puntos débiles te hace más fuerte, úsalo en tu beneficio, para luchar contra tus problemas actuales. Y qué diablos, también sabes que has sido realmente bueno en otras ocasiones. Puede que tengas coraje, o que seas muy leal, o que tengas un recto sentido de la justicia. Las cosas pueden hacer que te deprimas, pero estás orgulloso de lo que conseguiste en otras vidas. No hay razón para pensar que no puede ser igual ahora.
5. Puede que te hagas más tolerante.
Al menos eso me sucedió a mí. Siempre pensé que era una persona bastante buena. Era una buena estudiante, apreciada en el colegio, callada, nunca problemática, con amigos normales, nunca me gustaron el alcohol o las drogas… y siempre despreciaba a la humanidad en general porque había muchas cosas que pensaba yo nunca sería capaz de hacerlas… Eso fue hasta que descubrí que yo también había hecho algunas de esas cosas. Aprendí que no existen las excusas, pero sí determinadas circunstancias que a veces son lo suficientemente duras como para que te hagan hacer ciertas cosas de las que puede que te arrepientas luego. Y eso no significa que seas una mala persona, simplemente significa que hiciste algo mal. Cuando comprendes que no te puedes juzgar a ti mismo por ello, te lo piensas dos veces antes de juzgar a otras personas.
6. Aprendes a tomarte la vida de otra manera.
Todo es relativo. Una vez que sabes que no puedes morir y que la muerte no es lo peor que te puede pasar, aprendes a disfrutar de la vida, aprendes que no tienes nada que perder realmente, los problemas con los que te encuentras parecen menos importantes, es más fácil tomártelos como meras pruebas que te ayudan a evolucionar y a convertirte en una mejor persona, si eso es lo que quieres hacer. También puede que te hagas más paciente, ya que el tiempo no tiene ahora el mismo significado. Algunos piensan que conocer tus vidas pasadas significa perderte en el pasado, pero mi experiencia me dice que aprendes a apreciar el presente mucho más y ya no te preocupas tanto por el futuro, porque sabes que el futuro lo construyes tú.
7. No necesitas a nadie que te diga en qué creer. Simplemente sabes por ti mismo.
E incluso querrás compartir lo que has descubierto con todo el mundo… hasta que te das cuenta de que hay personas que no quieren escuchar y que prefieren seguir creyendo en lo que su religión les dice. Está bien, depende de ellos. Esto es un viaje personal y con frecuencia encontrarás que solo puedes hablar de ello con otras personas que también recuerdan. No importa, mientras que estés totalmente seguro de que tus recuerdos son reales, especialmente porque los has verificado. Ya no necesitarás más enseñanzas espirituales sin sentido y basarás tus teorías en lo que tú mismo has experimentado y tus propias intuiciones. Puede que estés equivocado, pero al menos no será una simple creencia. Es algo más, incluso llegará a ser una certeza. Y aun cuando no todo esté completamente claro, nadie podrá darte lecciones de moralidad porque posiblemente tú lo sabes mejor que nadie, aunque no puedas decir por qué te sientes así. También aprendes a respetar todos los puntos de vista, ya que todos pueden elegir qué camino tomar.
Todos somos distintos y no lo puedo saber seguro. Pero conocer tus vidas pasadas te hace reflexionar… y mucho. Puede ser abrumador a veces, pero es como tener todo el conocimiento y la sabiduría de todas esas personas que has sido al alcance de tu mano. Te hace sentir viejo, aunque a veces aún te sientas como un niño, porque tu alma no tiene edad y el viaje acaba de comenzar. Te hace comprender que la vida siempre merece la pena vivirla, y te hace apreciar las cosas simples que solo como humanos podemos disfrutar: la salida del sol, el viento en tu cara, nadar en un río, reír con tus amigos.
¿Vas a perder esta maravillosa oportunidad?