Post by Arya on Oct 11, 2017 19:18:12 GMT 2
6-11-2013 Arya wrote:
Acabo de escribir este artículo en mi blog, creo que os puede resultar interesante, así que lo posteo aquí también y podéis comentar lo que queráis.
Había pensado escribir hoy sobre la personalidad, pero mientras sopesaba qué enfoque darle, se me ocurrió que tal vez sería mejor hablar antes de la memoria genética. No puedo evitar sonreír cada vez que oigo a alguien recurrir a este concepto para intentar explicar los recuerdos de vidas pasadas. Eso siempre me hace ver tres cosas: primero, que esta persona no sabe lo que es recordar vidas pasadas; segundo, que no se ha parado a pensar lo que está diciendo; y, tercero, es posible que nunca le hayan explicado o no haya comprendido adecuadamente lo que es la memoria genética.
En los últimos años, desde que se secuenció el genoma humano en su totalidad, se le ha dado una importancia al ADN mucho mayor de la que realmente tiene. Se pensaba que ahí íbamos a encontrar todas las respuestas, y me temo que el entusiasmo inicial ha desaparecido al descubrir que el ADN no es más que eso: un código genético, tal vez mucho más complicado de lo que se creía, pero ni mucho menos la clave que nos iba a resolver todos los misterios. En mi opinión, el ADN está sobrevalorado. Es una molécula excepcional, de eso no hay ninguna duda. El ADN llamado hasta hace poco “basura”, se está comprobando que es mucho más útil de lo que parecía a simple vista. Actualmente incluso se habla de que podemos modificar el ADN con nuestros pensamientos, o incluso que el medio ambiente en el que vivimos también influye sobre él. Sí, todo eso puede ser cierto. Pero de ahí a que nuestros recuerdos de vidas pasadas estén almacenados en nuestros genes y que por eso creamos que hemos reencarnado, hay un gran paso. Más bien, un abismo en el que nos caeremos sin remedio. Y voy a explicar por qué.
Mi ADN proviene de mis padres. Y el de mis padres, de sus padres respectivos. En teoría, de esta forma nos podríamos remontar hasta el hombre de las cavernas. Según esto, las vivencias de un hombre de Cromagnon podrían haber quedado grabadas de algún modo en los genes, estos genes haber llegado hasta mí a través de miles de generaciones, y esto originaría que soñase con haber cazado un mamut en un terreno montañoso y haberme ido a dormir a una cueva en la que mis antepasados pintaban caballos con ocre. Esto no significaría que yo fui ese hombre, sino que estoy viendo lo que ese hombre vivió.
Bueno, pues esto no se sostiene por ninguna parte. ¿Por qué? Veamos, para que esta información llegase a mí, tenemos que dar por supuesto que fue codificada de algún modo en el ADN. La codificación del ADN tiene lugar a través de los nucleótidos, que son solo parte de esa cadena de material genético. Y el orden en que esos nucleótidos se encadenan viene dado por otra cadena que hace de molde, que puede ser el ADN o el ARN de un virus, por ejemplo, y cada uno de esos fragmentos de material genético, al transcribirse, da lugar a proteínas. ¿Existe la memoria genética? Por supuesto que sí. Puede ser que uno de esos hombres prehistóricos fuera infectado por una bacteria, creó inmunidad (anticuerpos de naturaleza proteica) y esa información quedó almacenada en el ADN, se transmitió a través de generaciones, y me llegó a mí y al resto de la población, con lo cual nosotros somos inmunes a esa bacteria. ¿Existe la memoria genética respecto a los recuerdos de vidas pasadas? Que yo sepa, aún no se ha descubierto ninguna molécula proteica que se forme a consecuencia de haber vivido cierto acontecimiento y que pueda quedar almacenada en el ADN. Pero aun si existieran, solo podrían explicar parte de esos recuerdos de vidas pasadas. En ningún caso explicaría, por ejemplo, cómo yo puedo recordar la forma en que murió una persona. Pongamos el ejemplo de un niño que supuestamente “recuerda” la vida de su bisabuelo. Muchos podrían objetar: este niño “recuerda” esos detalles o es capaz de reconocerlo en una foto antigua sin que le digan nada porque tiene esa información en los genes, ¿por qué iba a ser su bisabuelo reencarnado? El ADN que tiene este niño procede en parte de ese bisabuelo, pero ¿qué ADN? Evidentemente el que se transmitió a través de los espermatozoides en el momento de la concepción. Si este niño recuerda cómo murió su bisabuelo, no podría deberse a la información contenida en el ADN, puesto que el bisabuelo estaba vivo cuando transmitió esa información (evidentemente). Parece una tontería pero creo que muchas personas no se paran a pensarlo. Y resulta que una de las cosas que más recuerda la gente (y que en muchísimos casos puede llegar a verificar) es la forma en la que murieron en sus vidas pasadas, en especial si fue una muerte traumática.
¿Existe la memoria racial? ¿Es posible que algunos de nuestros instintos más primitivos sean consecuencia de las experiencias vividas a través de generaciones enfrentándonos a un medio ambiente adverso? ¿Nuestra personalidad puede verse influenciada por los genes, igual que podemos ser más propensos a una enfermedad por pertenecer a determinada raza o porque existen genes defectuosos en nuestros antepasados que han llegado a nosotros? Evidentemente, sí. Pero esto no tiene nada que ver con los recuerdos de vidas pasadas. No confundamos las cosas. Y no olvidemos que para que la memoria genética se pudiera aplicar a los recuerdos de vidas pasadas, la supuesta reencarnación debería haber tenido lugar dentro de la misma familia. En muchas otras ocasiones (yo diría que en la gran mayoría) recordamos vidas de personas que no tienen nada que ver con nosotros, o incluso de razas totalmente distintas y muy alejadas geográficamente de nuestro lugar de nacimiento. Además, en ese caso, yo no solo recordaría las vidas de unas personas en concreto (siempre ancestros míos, más o menos lejanos), sino posiblemente retazos de las vidas de todos los integrantes de mi árbol genealógico, puesto que al fin y al cabo comparto genes con todos ellos.
Tampoco debemos confundir el término memoria genética con el de memoria celular… pero ésa ya es otra historia.
En resumen: la memoria genética no sirve para explicar que yo tenga recuerdos de vidas pasadas, que recuerde cómo he muerto en varias de esas vidas, ni que me afecten emocionalmente tal y como me afectan. Porque es remotamente posible que en mis genes tenga información sobre cómo mis antepasados cazaban mamuts en la penúltima glaciación, pero curiosamente no me ha venido ninguna escena de caza primitiva en mis meditaciones ni me produce la más mínima emoción ver El clan del oso cavernario.
Invito a todos los lectores del blog que recuerden sus vidas pasadas y luego elijan la alternativa científica a la reencarnación que les parezca más convincente. Que no se apresuren a aceptar cualquier teoría sin informarse primero adecuadamente y reflexionar un largo tiempo. Que intenten encajar esas teorías con sus propias experiencias y las experiencias de personas serias. De todas estas teorías, tal vez se acabarán quedando con… ninguna.
soyreencarnacionista.blogspot.com.es/2013/11/la-memoria-genetica.html
Acabo de escribir este artículo en mi blog, creo que os puede resultar interesante, así que lo posteo aquí también y podéis comentar lo que queráis.
Había pensado escribir hoy sobre la personalidad, pero mientras sopesaba qué enfoque darle, se me ocurrió que tal vez sería mejor hablar antes de la memoria genética. No puedo evitar sonreír cada vez que oigo a alguien recurrir a este concepto para intentar explicar los recuerdos de vidas pasadas. Eso siempre me hace ver tres cosas: primero, que esta persona no sabe lo que es recordar vidas pasadas; segundo, que no se ha parado a pensar lo que está diciendo; y, tercero, es posible que nunca le hayan explicado o no haya comprendido adecuadamente lo que es la memoria genética.
En los últimos años, desde que se secuenció el genoma humano en su totalidad, se le ha dado una importancia al ADN mucho mayor de la que realmente tiene. Se pensaba que ahí íbamos a encontrar todas las respuestas, y me temo que el entusiasmo inicial ha desaparecido al descubrir que el ADN no es más que eso: un código genético, tal vez mucho más complicado de lo que se creía, pero ni mucho menos la clave que nos iba a resolver todos los misterios. En mi opinión, el ADN está sobrevalorado. Es una molécula excepcional, de eso no hay ninguna duda. El ADN llamado hasta hace poco “basura”, se está comprobando que es mucho más útil de lo que parecía a simple vista. Actualmente incluso se habla de que podemos modificar el ADN con nuestros pensamientos, o incluso que el medio ambiente en el que vivimos también influye sobre él. Sí, todo eso puede ser cierto. Pero de ahí a que nuestros recuerdos de vidas pasadas estén almacenados en nuestros genes y que por eso creamos que hemos reencarnado, hay un gran paso. Más bien, un abismo en el que nos caeremos sin remedio. Y voy a explicar por qué.
Mi ADN proviene de mis padres. Y el de mis padres, de sus padres respectivos. En teoría, de esta forma nos podríamos remontar hasta el hombre de las cavernas. Según esto, las vivencias de un hombre de Cromagnon podrían haber quedado grabadas de algún modo en los genes, estos genes haber llegado hasta mí a través de miles de generaciones, y esto originaría que soñase con haber cazado un mamut en un terreno montañoso y haberme ido a dormir a una cueva en la que mis antepasados pintaban caballos con ocre. Esto no significaría que yo fui ese hombre, sino que estoy viendo lo que ese hombre vivió.
Bueno, pues esto no se sostiene por ninguna parte. ¿Por qué? Veamos, para que esta información llegase a mí, tenemos que dar por supuesto que fue codificada de algún modo en el ADN. La codificación del ADN tiene lugar a través de los nucleótidos, que son solo parte de esa cadena de material genético. Y el orden en que esos nucleótidos se encadenan viene dado por otra cadena que hace de molde, que puede ser el ADN o el ARN de un virus, por ejemplo, y cada uno de esos fragmentos de material genético, al transcribirse, da lugar a proteínas. ¿Existe la memoria genética? Por supuesto que sí. Puede ser que uno de esos hombres prehistóricos fuera infectado por una bacteria, creó inmunidad (anticuerpos de naturaleza proteica) y esa información quedó almacenada en el ADN, se transmitió a través de generaciones, y me llegó a mí y al resto de la población, con lo cual nosotros somos inmunes a esa bacteria. ¿Existe la memoria genética respecto a los recuerdos de vidas pasadas? Que yo sepa, aún no se ha descubierto ninguna molécula proteica que se forme a consecuencia de haber vivido cierto acontecimiento y que pueda quedar almacenada en el ADN. Pero aun si existieran, solo podrían explicar parte de esos recuerdos de vidas pasadas. En ningún caso explicaría, por ejemplo, cómo yo puedo recordar la forma en que murió una persona. Pongamos el ejemplo de un niño que supuestamente “recuerda” la vida de su bisabuelo. Muchos podrían objetar: este niño “recuerda” esos detalles o es capaz de reconocerlo en una foto antigua sin que le digan nada porque tiene esa información en los genes, ¿por qué iba a ser su bisabuelo reencarnado? El ADN que tiene este niño procede en parte de ese bisabuelo, pero ¿qué ADN? Evidentemente el que se transmitió a través de los espermatozoides en el momento de la concepción. Si este niño recuerda cómo murió su bisabuelo, no podría deberse a la información contenida en el ADN, puesto que el bisabuelo estaba vivo cuando transmitió esa información (evidentemente). Parece una tontería pero creo que muchas personas no se paran a pensarlo. Y resulta que una de las cosas que más recuerda la gente (y que en muchísimos casos puede llegar a verificar) es la forma en la que murieron en sus vidas pasadas, en especial si fue una muerte traumática.
¿Existe la memoria racial? ¿Es posible que algunos de nuestros instintos más primitivos sean consecuencia de las experiencias vividas a través de generaciones enfrentándonos a un medio ambiente adverso? ¿Nuestra personalidad puede verse influenciada por los genes, igual que podemos ser más propensos a una enfermedad por pertenecer a determinada raza o porque existen genes defectuosos en nuestros antepasados que han llegado a nosotros? Evidentemente, sí. Pero esto no tiene nada que ver con los recuerdos de vidas pasadas. No confundamos las cosas. Y no olvidemos que para que la memoria genética se pudiera aplicar a los recuerdos de vidas pasadas, la supuesta reencarnación debería haber tenido lugar dentro de la misma familia. En muchas otras ocasiones (yo diría que en la gran mayoría) recordamos vidas de personas que no tienen nada que ver con nosotros, o incluso de razas totalmente distintas y muy alejadas geográficamente de nuestro lugar de nacimiento. Además, en ese caso, yo no solo recordaría las vidas de unas personas en concreto (siempre ancestros míos, más o menos lejanos), sino posiblemente retazos de las vidas de todos los integrantes de mi árbol genealógico, puesto que al fin y al cabo comparto genes con todos ellos.
Tampoco debemos confundir el término memoria genética con el de memoria celular… pero ésa ya es otra historia.
En resumen: la memoria genética no sirve para explicar que yo tenga recuerdos de vidas pasadas, que recuerde cómo he muerto en varias de esas vidas, ni que me afecten emocionalmente tal y como me afectan. Porque es remotamente posible que en mis genes tenga información sobre cómo mis antepasados cazaban mamuts en la penúltima glaciación, pero curiosamente no me ha venido ninguna escena de caza primitiva en mis meditaciones ni me produce la más mínima emoción ver El clan del oso cavernario.
Invito a todos los lectores del blog que recuerden sus vidas pasadas y luego elijan la alternativa científica a la reencarnación que les parezca más convincente. Que no se apresuren a aceptar cualquier teoría sin informarse primero adecuadamente y reflexionar un largo tiempo. Que intenten encajar esas teorías con sus propias experiencias y las experiencias de personas serias. De todas estas teorías, tal vez se acabarán quedando con… ninguna.
soyreencarnacionista.blogspot.com.es/2013/11/la-memoria-genetica.html