Post by Arya on Jul 17, 2017 13:54:11 GMT 2
INTRODUCCIÓN.
Si eres nuevo en temas relacionados con la espiritualidad como es para muchos la reencarnación, puede que no sepas exactamente qué es la meditación. Tal vez pienses que es algo que solo practican los yoguis o los lamas en el Tíbet, pero nada más lejos de la realidad. He oído de profesores que los utilizan en sus clases para que los niños se relajen y se concentren mejor. También hay deportistas que están empezando a utilizar estas técnicas para obtener un mejor rendimiento. No hay nada de extraño ni de antinatural en practicar la meditación.
Vivimos en un mundo lleno de estrés y de actividad en el que parece que siempre tienes que estar haciendo algo porque si no estás perdiendo el tiempo. Nunca tenemos tiempo para relajarnos y estar con nosotros mismos o con nuestros hijos. Salimos temprano de casa por las mañanas, comemos fuera y llegamos a la hora de la cena, y nos vamos a la cama después de ver las noticias o alguna comedia superficial en la televisión. No paramos nunca para entrar en contacto con nosotros mismos, para escuchar a nuestro cuerpo, para calmarnos.
La meditación es simplemente la técnica por la que puedes relajarte física y mentalmente, liberarte de tensiones y preocupaciones y volver a sentir ese algo que hay dentro de ti, esa consciencia a la que nunca escuchamos. Y una vez que tu mente se vacía y se calma, puedes empezar a visualizar, a imaginar, a trabajar en todos aquellos aspectos de tu vida que quieras mejorar.
Hay muchas técnicas y muchos tipos de meditación que puedes encontrar en internet según cuál sea tu objetivo. Yo no soy ninguna experta y no me voy a detener a explicar todas ellas. Pero una de las utilidades de la meditación es conectar con tu subconsciente, conectar con ese lugar indeterminado y desconocido (de momento) en el que se almacenan todos tus recuerdos, también los recuerdos de tus vidas pasadas.
Yo lo descubrí de manera totalmente espontánea y por casualidad. Cuando yo retomé la meditación después de años sin practicarla, de pronto un día comencé a verme como una niña pequeña, recorriendo el pasillo de mi antiguo piso, en el que hacía más de quince años que no había estado. Lo veía todo con tal detalle que me parecía increíble. Eran detalles que había creído olvidados y que en estado normal me costaba mucho recordar. Sé que era una niña pequeña porque lo veía todo a la altura correspondiente a una niña de unos siete años, y porque corría despreocupada por varias estancias de la casa como si estuviera jugando. En ningún momento me vi a mí misma. Supe que de algún modo había conseguido acceder a mi memoria más profunda. Ordené a mi mente que fuera más atrás, a antes de mi nacimiento. Vi un par de flashes pero nada más. Traté de repetirlo en días posteriores pero no conseguí nada. Así que desistí.
Posteriormente aprendí a conseguir estados más profundos y la meditación se ha convertido en mi principal herramienta para conocer mis vidas pasadas.
TÉCNICA.
La meditación es el sistema que a mí me ha dado mejores resultados para conocer mis vidas pasadas, pero no funciona para todo el mundo. Hay que ser muy paciente, y sobre todo ser capaz de concentrarte y olvidar todas las preocupaciones cotidianas que ocupan constantemente nuestro pensamiento. A veces es fácil relajar el cuerpo. Pero es mucho más difícil aprender a relajar la mente.
Lo bueno es que no necesitas nada en especial, solo un lugar tranquilo, alejado lo más posible de ruidos y distracciones. Elige la hora que prefieras. Puedes hacerlo tumbado, pero si tienes tendencia a quedarte dormido, tal vez prefieras hacerlo sentado, en un sofá o en tu sillón favorito. Es conveniente que hayas tomado una comida ligera y que estés bien hidratado. Y si es invierno, cúbrete con alguna prenda de abrigo porque tu temperatura corporal bajará considerablemente.
Una vez que estés cómodo, comienza por respirar profundamente varias veces. Hazlo con calma, concentrándome en la respiración. Inspira, mantén unos segundos el aire en los pulmones, y espira. Después, sin dejar de respirar de esa forma, comienza a relajar todos los músculos de tu cuerpo. Yo suelo comenzar por la cabeza: los músculos faciales, la mandíbula, los labios… y luego continúo por el cuello, los hombros, la espalda, los brazos, las piernas, hasta los pies. A veces necesitarás más tiempo que otras. Pero si eres paciente lo lograrás. Si empiezas a notar un ligero cosquilleo no te asustes: es normal. Eso es que estás haciéndolo bien.
Una vez que hayas relajado de forma superficial tu cuerpo, repasa mentalmente cada una de las partes internas también. No es necesario que sepas mucho de anatomía. Imagínate una luz brillante encima de tu cabeza, que penetra por la parte de arriba y entra en tu cerebro. Esta luz tiene un gran poder relajante y sanador, y va recorriendo todo tu cuerpo calmando cada uno de los músculos, nervios y órganos. Pasa por la garganta, baja por los pulmones, luego al corazón, y a través de las venas y arterias se distribuye por los brazos y las piernas, y finalmente llega también al abdomen, relajando todos los órganos de su interior.
En este punto habrás alcanzado un nivel bastante profundo de relajación. Si es así, apenas sentirás tu propio cuerpo. Es posible que te hayas quedado dormido. No importa, vuelve a intentarlo otro día.
Si aún no estás relajado del todo, puedes continuar un rato más, o puedes ayudarte de alguna técnica de visualización. Por ejemplo, puedes imaginarte que estás en lo alto de una escalera, y comienzas a bajar por ella lentamente. Con cada paso que das cada vez estás en un estado más y más profundo, cuenta desde diez hasta uno y sigue sumergiéndote más y más…
Si aún estás consciente, ahora puedes concentrarte en tu mente. Puedes intentar dejar la mente en blanco. Cualquier pensamiento que te llegue de la vida cotidiana, de cualquier problema que tengas, simplemente déjalo marchar. Esto te puede resultar bastante complicado. Pero si consigues hacerlo bien, llegará un momento en que empezarán a aparecer imágenes por sí solas, sin ningún esfuerzo por tu parte, como si estuvieras viendo una película. No las fuerces, no te esfuerces por comprenderlas ahora, no analices nada de lo que veas. Solo deja que se desarrollen y trata de captar todos los detalles que puedas. En cualquier momento puedes parar y salir de ese estado, no tengas ningún miedo porque tú siempre puedes controlarlo.
A veces no son imágenes. También pueden ser sensaciones, o sonidos, o olores… al principio es muy posible que solo consigas ver flashes que van y vienen en un segundo y no comprendes nada. Pero con el tiempo las escenas se desarrollarán y será como ver una película. Vívela. Y justo después escribe en tu diario de vidas pasadas todo lo que viste y sentiste.
En la sección de Autohipnosis, meditación y terapia regresiva encontrarás más técnicas y consejos. Postea allí tus dudas y trataremos de resolverlas.
Si eres nuevo en temas relacionados con la espiritualidad como es para muchos la reencarnación, puede que no sepas exactamente qué es la meditación. Tal vez pienses que es algo que solo practican los yoguis o los lamas en el Tíbet, pero nada más lejos de la realidad. He oído de profesores que los utilizan en sus clases para que los niños se relajen y se concentren mejor. También hay deportistas que están empezando a utilizar estas técnicas para obtener un mejor rendimiento. No hay nada de extraño ni de antinatural en practicar la meditación.
Vivimos en un mundo lleno de estrés y de actividad en el que parece que siempre tienes que estar haciendo algo porque si no estás perdiendo el tiempo. Nunca tenemos tiempo para relajarnos y estar con nosotros mismos o con nuestros hijos. Salimos temprano de casa por las mañanas, comemos fuera y llegamos a la hora de la cena, y nos vamos a la cama después de ver las noticias o alguna comedia superficial en la televisión. No paramos nunca para entrar en contacto con nosotros mismos, para escuchar a nuestro cuerpo, para calmarnos.
La meditación es simplemente la técnica por la que puedes relajarte física y mentalmente, liberarte de tensiones y preocupaciones y volver a sentir ese algo que hay dentro de ti, esa consciencia a la que nunca escuchamos. Y una vez que tu mente se vacía y se calma, puedes empezar a visualizar, a imaginar, a trabajar en todos aquellos aspectos de tu vida que quieras mejorar.
Hay muchas técnicas y muchos tipos de meditación que puedes encontrar en internet según cuál sea tu objetivo. Yo no soy ninguna experta y no me voy a detener a explicar todas ellas. Pero una de las utilidades de la meditación es conectar con tu subconsciente, conectar con ese lugar indeterminado y desconocido (de momento) en el que se almacenan todos tus recuerdos, también los recuerdos de tus vidas pasadas.
Yo lo descubrí de manera totalmente espontánea y por casualidad. Cuando yo retomé la meditación después de años sin practicarla, de pronto un día comencé a verme como una niña pequeña, recorriendo el pasillo de mi antiguo piso, en el que hacía más de quince años que no había estado. Lo veía todo con tal detalle que me parecía increíble. Eran detalles que había creído olvidados y que en estado normal me costaba mucho recordar. Sé que era una niña pequeña porque lo veía todo a la altura correspondiente a una niña de unos siete años, y porque corría despreocupada por varias estancias de la casa como si estuviera jugando. En ningún momento me vi a mí misma. Supe que de algún modo había conseguido acceder a mi memoria más profunda. Ordené a mi mente que fuera más atrás, a antes de mi nacimiento. Vi un par de flashes pero nada más. Traté de repetirlo en días posteriores pero no conseguí nada. Así que desistí.
Posteriormente aprendí a conseguir estados más profundos y la meditación se ha convertido en mi principal herramienta para conocer mis vidas pasadas.
TÉCNICA.
La meditación es el sistema que a mí me ha dado mejores resultados para conocer mis vidas pasadas, pero no funciona para todo el mundo. Hay que ser muy paciente, y sobre todo ser capaz de concentrarte y olvidar todas las preocupaciones cotidianas que ocupan constantemente nuestro pensamiento. A veces es fácil relajar el cuerpo. Pero es mucho más difícil aprender a relajar la mente.
Lo bueno es que no necesitas nada en especial, solo un lugar tranquilo, alejado lo más posible de ruidos y distracciones. Elige la hora que prefieras. Puedes hacerlo tumbado, pero si tienes tendencia a quedarte dormido, tal vez prefieras hacerlo sentado, en un sofá o en tu sillón favorito. Es conveniente que hayas tomado una comida ligera y que estés bien hidratado. Y si es invierno, cúbrete con alguna prenda de abrigo porque tu temperatura corporal bajará considerablemente.
Una vez que estés cómodo, comienza por respirar profundamente varias veces. Hazlo con calma, concentrándome en la respiración. Inspira, mantén unos segundos el aire en los pulmones, y espira. Después, sin dejar de respirar de esa forma, comienza a relajar todos los músculos de tu cuerpo. Yo suelo comenzar por la cabeza: los músculos faciales, la mandíbula, los labios… y luego continúo por el cuello, los hombros, la espalda, los brazos, las piernas, hasta los pies. A veces necesitarás más tiempo que otras. Pero si eres paciente lo lograrás. Si empiezas a notar un ligero cosquilleo no te asustes: es normal. Eso es que estás haciéndolo bien.
Una vez que hayas relajado de forma superficial tu cuerpo, repasa mentalmente cada una de las partes internas también. No es necesario que sepas mucho de anatomía. Imagínate una luz brillante encima de tu cabeza, que penetra por la parte de arriba y entra en tu cerebro. Esta luz tiene un gran poder relajante y sanador, y va recorriendo todo tu cuerpo calmando cada uno de los músculos, nervios y órganos. Pasa por la garganta, baja por los pulmones, luego al corazón, y a través de las venas y arterias se distribuye por los brazos y las piernas, y finalmente llega también al abdomen, relajando todos los órganos de su interior.
En este punto habrás alcanzado un nivel bastante profundo de relajación. Si es así, apenas sentirás tu propio cuerpo. Es posible que te hayas quedado dormido. No importa, vuelve a intentarlo otro día.
Si aún no estás relajado del todo, puedes continuar un rato más, o puedes ayudarte de alguna técnica de visualización. Por ejemplo, puedes imaginarte que estás en lo alto de una escalera, y comienzas a bajar por ella lentamente. Con cada paso que das cada vez estás en un estado más y más profundo, cuenta desde diez hasta uno y sigue sumergiéndote más y más…
Si aún estás consciente, ahora puedes concentrarte en tu mente. Puedes intentar dejar la mente en blanco. Cualquier pensamiento que te llegue de la vida cotidiana, de cualquier problema que tengas, simplemente déjalo marchar. Esto te puede resultar bastante complicado. Pero si consigues hacerlo bien, llegará un momento en que empezarán a aparecer imágenes por sí solas, sin ningún esfuerzo por tu parte, como si estuvieras viendo una película. No las fuerces, no te esfuerces por comprenderlas ahora, no analices nada de lo que veas. Solo deja que se desarrollen y trata de captar todos los detalles que puedas. En cualquier momento puedes parar y salir de ese estado, no tengas ningún miedo porque tú siempre puedes controlarlo.
A veces no son imágenes. También pueden ser sensaciones, o sonidos, o olores… al principio es muy posible que solo consigas ver flashes que van y vienen en un segundo y no comprendes nada. Pero con el tiempo las escenas se desarrollarán y será como ver una película. Vívela. Y justo después escribe en tu diario de vidas pasadas todo lo que viste y sentiste.
En la sección de Autohipnosis, meditación y terapia regresiva encontrarás más técnicas y consejos. Postea allí tus dudas y trataremos de resolverlas.