Post by Lidelcas on Jul 29, 2018 22:52:11 GMT 2
¿Realmente no hay nada escrito en un libro en blanco? Tal vez haya mucho más de lo que podamos imaginar. La tinta con que escribimos parece desaparecer al pasar el tiempo, y el libro parece volver a quedar en blanco, pero solo en apariencia. En la fibra de sus hojas quedan marcadas a fuego las palabras que una vez fueron visibles, que marcaron la existencia de ese gran libro, que dieron sentido a su existir. Y, si prestamos atención a los antiguos trazos, descubriremos historias que nos emocionarán, nos dolerán, nos servirán para mucho o tal vez solo quedarán almacenadas en nuestra conciencia. Pero, ¿cómo saber lo que esconden sus páginas? Solo pueden verse con la luz del corazón. Siguiendo al instinto. Escuchando las voces que susurran las palabras, prestándoles atención, dejándolas hablar a nuestro lado, permitiendo que nos acompañen durante toda la vida. Solo así podremos avanzar con firmeza y con fe en nuestros propios pasos.
No importa cuantas veces hayamos escrito en el libro que somos cada uno de nosotros. No importa cuantas palabras hayan desaparecido con el paso del tiempo. Todas y cada una de ellas permanecen en nuestro libro, y nada se pierde. Cada información que necesites se puede recuperar. Cada vivencia que hayas registrado en tu alma se puede rescatar, pero solo si es ella, tu alma, quien lo necesita. Cada vez que volvemos a nacer nuestro libro parece estar en blanco, pero no lo está. Porque cada vivencia sigue allí y forma parte de nosotros, cada virtud, cada aprendizaje, cada defecto, cada cualidad, cada error, cada rectificación, cada vez que hemos caído y cada vez que nos hemos levantado. Y, si en algun punto debemos crecer a través de ellas, se vuelven visibles pero solo si sabes leer con el corazón y escuchar las voces que las recitan para nosotros. Solo así puedes acceder, sin ego, sin prisas, porque es tu historia, única y trascendental, importante solo para un ser: tú. No importa si solo eras maestra o campesino, es tu vida y es valiosa, y no debe serlo para nadie más. Es por eso que este camino, cuando es auténtico, suele ser solitario, porque es un viaje personal, íntimo y maravilloso. Un viaje como la vida misma. Y nunca mejor dicho.