No estamos locos

No, no estamos locos al recordar vidas pasadas. No, no es nuestra imaginación cuando al ver esas imágenes nos emocionamos, nos tiemblan las manos, reímos o echamos a llorar, y pasamos días, semanas, meses y años pensando en aquello, deseando, o no, saber más. No es locura ni un engaño de nuestra mente cuando vas por la calle y al percibir un olor, al divisar un árbol, al pasar junto a un auto te transportas a esos momentos, y vuelves a sentirte aquella persona que fuiste aunque solo sea un instante. No es fácil vivir esto, y no es fácil porque es un camino solitario que te lleva a encontrarte contigo mismo, de frente y sin rodeos, con las cosas que hacías, con lo que pensabas, con lo que sentías. El espejo no da las lecciones más delicadas, pero sí da las lecciones más profundas. No, tu imaginación, por más fructífera que ésta sea, no es capaz de producir en ti ninguno de estos efectos. Cuando vuelvas a sentirte fuera de lugar por tener recuerdos, cuando vuelvas a pensar que todo esto que te pasa es absurdo, una locura, un engaño de tu mente, solo intenta recordar si te sientes en paz contigo mismo al pensar en ello, aunque sea doloroso, aunque haya momentos en los que quisieras no haber recordado nunca. En tu corazón y en tu alma tienes esa respuesta, solo debes tener el valor de escuchar sin mentirte a ti mismo: si en el fondo de tu ser sientes ese resquicio de paz, y sientes que aquella persona sí eras tú realmente, querido amigo, no es tu imaginación, es que has despertado.